Una vez que el baño caliente se ha acomodado, el padrastro no puede resistir el encanto irresistible de su hijastra. Ahí es cuando la provoca y terminan en un encuentro salvaje. Ella lo atiende con entusiasmo, correspondiendo su toque hasta que inconscientemente clava sus uñas en sus costados mientras comienza un intenso intercambio apasionado.